La Capilla de Campo Bruder Klaus de Peter Zumthor, terminada en 2007, es conocida por su hermoso respeto por los materiales que fueron utilizados para construir este sensible espacio. El interior de la capilla es una cavidad negra dejada atrás por la quema de 112 troncos de árboles utilizados en el moldaje del concreto. Veinticuatro capas de hormigón se vertieron en un marco que rodeaba los troncos, apilados en una forma cónica curvada, formando un claro contraste con la fachada angular lisa. Después de quitar el marco,varios pequeños agujeros quedaron atrás en las paredes, creando un efecto de una noche estrellada. El 'hermoso silencio' de la capilla y la innegable conexión con su paisaje circundante la convierten en un destino evocador y popular para muchos.
En esta serie fotográfica, el fotógrafo de arquitectura Aldo Amoretti captura la dramática relación entre la capilla y su entorno natural. A pesar de su superficie de hormigón y sus ángulos rectos, la capilla no se destaca como brutal. En cambio, las imágenes representan una manifestación visual de las palabras de Zumthor: la arquitectura con "compostura, evidencia de sí misma, durabilidad, presencia e integridad, y con calidez y sensualidad también".